Criminólogo de profesión, CÉSAR HIDALGO ha sido consciente, gracias a su trabajo y análisis, de los problemas de la sociedad actual, de la pérdida de valores y del paulatino distanciamiento del hombre con Dios, a la vez que ha percibido la necesidad que todos tenemos de Él. Tras una profunda autocrítica y reflexión, ha decidido poner su tiempo, sus canciones y su experiencia musical y personal al servicio del Señor, convencido de que la música es un extraordinario vehículo para la evangelización. Así, forma parte activa de lo que se denomina en la actualidad, Música católica contemporánea o Música con Valores.

No es que cuando su madre le trajo al mundo en Madrid viniera con un laúd debajo del brazo, ni que cuando le bautizaron sonara una zanfona de fondo, pero lo cierto es que desde su más tierna edad sonreía como un loco cuando escuchaba o veía una guitarra.

Sus estudios los endulzó con la música de nuestros grandes del folk, como Nuevo Mester de Juglaría, Oskorri, Milladoiro o Labanda, aunque también se le coló algún foráneo como Johnny Cash o Gordon Lightfoot.  El folk comenzó muy pronto a ser su vida y se convirtió en un buen intérprete de guitarra, zanfona, laúd, mandolina, dulcimer o rabel.